Existe un malentendido común de que la gente necesita disminuir la ingesta de calcio para reducir su riesgo de formar cálculos que contienen dicho mineral.
Sin embargo, este no es el caso. De hecho, una dieta alta en calcio se ha asociado con un menor riesgo de desarrollar cálculos renales.
Un estudio evaluó a hombres que previamente habían tenido cálculos renales que contenían calcio, haciéndolos consumir una dieta que aportaba 1,200 mg de calcio por día. La dieta también era baja en proteínas animales y sal.
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De esta forma, los hombres mostraron alrededor de un 50% menos riesgo de desarrollar otro cálculo renal dentro de los 5 años posteriores; esto en comparación con el grupo control, que siguió una dieta baja en calcio de 400 mg por día.
El calcio dietético tiende a unirse con el oxalato en la alimentación, lo que evita que se absorba. De esta forma, los riñones no dejan que pase a través del sistema urinario.
Los productos lácteos como la leche, el queso y el yogur son buenas fuentes dietéticas de calcio.
Para la mayoría de los adultos, la cantidad diaria recomendada de este importante nutriente es de 1,000 mg por día. Sin embargo, la dosis diaria recomendada es de 1,200 mg por día para mujeres mayores de 50 años y todas las personas mayores de 70 años.
Fuente: Healthline