La espirulina es un tipo de alga verde-azul con fuertes efectos antioxidantes. Se obtiene a partir de cianobacterias del género Arthrospira, concretamente de las dos especies Arthrospira platensis y Arthrospira maxima.
Varios estudios han demostrado que la espirulina es capaz de reducir la inflamación, así como de promover un envejecimiento saludable y de fortalecer el sistema inmunológico. Aunque la mayoría de las investigaciones respecto a esta alga se ha centrado en los efectos que genera en animales, los estudios en adultos mayores han demostrado eficazmente que puede mejorar los marcadores inflamatorios, al igual que la anemia y la función inmunológica.
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Con base en estos hallazgos, se sabe que es seguro consumir hasta 8 gramos de espirulina por día, y muchas personas la añaden a sus batidos o licuados ya que puede adquirirse como suplemento en forma de polvo en su presentación comercial.
Hasta el momento, no se conocen efectos secundarios significativos de consumir espirulina, pero es recomendable que las personas con enfermedades autoinmunes la eviten ya que puede empeorar su condición debido a sus posibles propiedades de fortalecimiento inmunológico.
Fuente: Healthline