El pie de atleta es una infección fúngica en la piel que, generalmente, comienza entre los dedos de los pies. Suele ocurrir en personas a las que les transpiran mucho los pies cuando usan zapatos ajustados, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

¿Cómo se contagia el pie de atleta?

Una persona puede contagiarse al pisar superficies húmedas, como las duchas, las piscinas y los pisos de los vestidores. Para prevenirlo, especialistas recomiendan:

  1. Mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos.
  2. Lavarse bien los pies con agua y jabón. No olvides secar completamente la zona con mucho cuidado y hacer esto al menos dos veces al día.
  3. Usar calcetines limpios de algodón. Cambia tus calcetines, al igual que tus zapatos, tan frecuentemente como sea necesario para mantener los pies secos.
  4. Utilizar sandalias o chanclas en duchas o piscinas públicas. Recuerda los polvos antimicóticos o talcos de secado para prevenir el pie de atleta si tiendes a presentarlo a menudo.
  5. Usar zapatos ventilados. Puede ser útil alternar zapatos cada día, de manera que puedan secarse por completo entre una vez que los uses y la siguiente. Evita los zapatos con forros de plástico.

A decir de especialistas, las infecciones del pie de atleta siempre responden bien al tratamiento, aunque pueden volver a aparecer. Si eres propenso a este tipo de infección, es importante que recurras al uso de medidas preventivas y medicamentos a largo plazo. 

Conoce más: ¿Se puede prevenir el pie de atleta?

¿Cuándo consultar a un médico?

Llama a un profesional de la salud si:

  • Tus pies están hinchados y calientes al tacto, especialmente si tienes líneas rojas o dolor. Estos son signos de una posible infección bacteriana. 
  • Los síntomas del pie de atleta no desaparecen luego de 2 a 4 semanas de tratamientos con cuidados personales.

No necesitas ninguna preparación especial antes de una consulta para el diagnóstico del pie de atleta.

Tu médico de cabecera o un dermatólogo pueden ayudarte durante el proceso. Evita la automedicación y los remedios caseros. 

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos