El cromo es un mineral que se encuentra en muchos alimentos. Los investigadores todavía no entienden por completo qué hace el cromo en el cuerpo, pero puede ayudarte a aprovechar los carbohidratos, las grasas y las proteínas.
Existen dos formas principales de cromo. El cromo (III) es el tipo de cromo que se encuentra en los alimentos y algunos suplementos dietéticos. Un tipo distinto de cromo, llamado cromo (VI) y en ocasiones cromo hexavalente, es un subproducto venenoso de la fabricación industrial.
Hoy en día, los científicos no creen que el cromo sea necesario para una buena salud, y no se han reportado casos de deficiencia de cromo en personas sanas. No obstante, en el año 2001, los científicos consideraron que el cromo era un nutriente esencial, por lo que establecieron sus cantidades recomendadas para consumo en función de la evidencia disponible en ese momento.
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Cabe mencionar que muchos alimentos contienen cromo, y la cantidad de este mineral en frutas y verduras depende de la cantidad de cromo que hay en el suelo y en el agua en donde se cultivaron. La cantidad en la carne depende de la dieta del animal. El uso de equipos de acero inoxidable para procesar o cocinar alimentos puede aumentar el contenido de cromo de estos últimos, debido a que se transfieren pequeñas cantidades del mineral a los alimentos.
Puedes obtener las cantidades recomendadas de cromo comiendo una variedad de productos, incluyendo los siguientes:
- Carnes, como jamón, res y pavo.
- Pan y otros productos a base de cereales.
- Verduras, como lechuga y ejotes.
- Frutas, como manzanas y plátanos.
- Jugos, como los de uva, naranja y tomate.
- Levadura de cerveza y frutos secos.
Fuente: National Institutes of Health – Office of Dietary Supplements