Los tatuajes están destinados a ser permanentes. Los artistas que los crean utilizan una máquina eléctrica que mueve una aguja hacia arriba y hacia abajo para inyectar tinta en la piel, penetrando la epidermis o capa externa y depositando una gota de tinta en la dermis, la segunda capa de la piel. Las células de la dermis son más estables en comparación con las de la epidermis, por lo que la tinta permanecerá en su lugar durante toda la vida de una persona.

Una forma eficaz y segura de eliminar tatuajes es mediante la cirugía con láser, la cual es realizada por un dermatólogo especializado en la eliminación de tatuajes, así lo indica el doctor Mehmet Kosoglu, revisor de las solicitudes de autorización de comercialización de dispositivos láser de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).

Existen varios dispositivos aprobados por la FDA y otras agencias internacionales destinados a eliminar tatuajes. La autorización de estas significa que han determinado que el dispositivo es sustancialmente equivalente a otro dispositivo comercializado legalmente.

Un método es la eliminación con láser. En esta, pulsos de energía láser de alta intensidad atraviesan la epidermis y son absorbidos selectivamente por el pigmento del tatuaje. El láser rompe el pigmento en partículas más pequeñas, que pueden ser metabolizadas o excretadas por el cuerpo, o transportadas y almacenadas en los ganglios linfáticos u otros tejidos, explica Kosoglu.

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El tipo de láser que se usa para eliminar un tatuaje depende de los colores del pigmento del tatuaje, agrega el especialista. Debido a que cada color de tinta absorbe diferentes longitudes de onda de luz, los tatuajes multicolores podrían requerir el uso de múltiples láseres. Los colores más claros, como el verde, el rojo y el amarillo, son los colores más difíciles de eliminar, mientras que el azul y el negro son los más fáciles.

En términos generales, un solo tratamiento con láser no funcionará. De acuerdo con la Academia Estadounidense de Dermatología, el procedimiento requiere de múltiples sesiones (generalmente de seis a 10) según el tamaño y los colores del tatuaje. Además, la persona necesitará algunas semanas de tiempo de curación entre los procedimientos.

Kosoglu afirma que los láseres pulsados se han utilizado para eliminar tatuajes durante más de 20 años. Sin embargo, puede ser un proceso laborioso. «La eliminación completa, sin cicatrices, a veces no es posible», subrayó el experto.

Otros métodos incluyen la dermoabrasión (que es como «lijar» la capa superior de la piel) y la escisión (cortar el área del tatuaje y luego coser la piel).

 

Fuente: FDA