Una fractura por estallido es la rotura de uno o más de los huesos que rodean el ojo.
Cuando un objeto golpea un ojo, la fuerza se transmite al compartimiento ocular, llamado órbita, y los huesos más delgados dentro de la órbita se torcerán o romperán por la fuerza del traumatismo. Esto se conoce como una fractura por «estallido». La liberación de esta fuerza puede proteger el ojo de lesiones más graves. Comúnmente, el hueso en la parte inferior de la órbita (piso de la órbita) se fractura, ya que es el hueso más delgado.
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Debido a que los niños poseen una mayor elasticidad en sus huesos, son susceptibles a un tipo especial de fractura orbital llamada «trampilla» o «fractura del ojo blanco». El golpe crea un fragmento óseo articulado, que se abre permitiendo que el tejido blando como el músculo escape, pero después se cierra como una trampilla. El tejido atrapado en la fractura pierde instantáneamente su suministro de sangre y restringe el movimiento del ojo de forma severa.
La órbita mantiene el ojo en la posición correcta y lo protege. Después de un traumatismo, los músculos, la grasa y el tejido conjuntivo pueden magullarse y desplazarse. Si se pierde suficiente volumen de la órbita, el ojo vuelve a hundirse en la órbita (enoftalmos), lo que genera problemas estéticos y funcionales. Si los músculos del ojo se ven afectados por la fractura, se presenta un cambio en la motilidad (capacidad para moverse) del ojo, que a su vez puede ocasionar visión doble.
Fuente: American Association for Pediatric Ophthalmology & Strabismus