El envejecimiento es la causa más común de cataratas, una afección que generalmente se debe a cambios acumulados de por vida en el ojo y que se manifiestan después de los 40 años.

Sin embargo, las cataratas también son una enfermedad genética. Ha habido mucha investigación sobre la base genética molecular de las cataratas. Hasta la fecha, los investigadores han identificado 115 genes y 38 genes causantes de enfermedades que están asociados con la formación de cataratas.

Las personas con familiares que padecen la afección ocular tienen más probabilidades de desarrollarla, lo que sugiere que los genes compartidos dentro de las familias son una posible causa de la enfermedad.

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Por ejemplo, algunos bebés nacen con cataratas congénitas y la condición también puede desarrollarse durante la niñez.

No obstante, las cataratas congénitas son raras. De acuerdo con un estudio previo del 2013, aproximadamente 72 de cada 100,000 niños desarrollan cataratas congénitas, las cuales pueden presentarse como defectos aislados o asociarse con otras anomalías. De estos casos congénitos, alrededor del 8 al 25% son hereditarios, lo que significa que los padres transmiten la afección a sus hijos.

Incluso en las cataratas relacionadas con la edad, es probable que la genética desempeñe un papel en la afección. Las cataratas relacionadas con la edad se deben a una combinación de daño ambiental que ocurre con el tiempo y, posiblemente, a la presencia de ciertas mutaciones genéticas. Por ejemplo, una mutación genética podría influir en la forma del cristalino del ojo, haciéndolo más vulnerable a la opacidad.

 

Fuente: Medical News Today