La inflamación causada por la enfermedad de Crohn puede propagarse a través de la pared intestinal y crear un absceso.
Conforme el absceso crece, este forma un pequeño orificio en la pared, el cual puede convertirse en una fístula. Una fístula es un pasaje anormal que conecta un órgano con otro.
Alrededor de 1 de cada 4 personas con enfermedad de Crohn desarrollan fístulas. En la mayoría de los casos, las fístulas se originan en el intestino. Estas pueden conectarse con otras partes del intestino o con otros órganos internos.
En ocasiones, una fístula forma un túnel desde el intestino hasta la superficie exterior de la piel. El término médico para esto es una fístula enterocutánea (FEC).
La mayoría de las personas con FEC experimentan al menos una complicación, como desnutrición o sepsis. Recordemos que la sepsis es una respuesta inflamatoria de todo el cuerpo a la infección. Sin tratamiento, la desnutrición y la sepsis pueden provocar la muerte.
Las fístulas generalmente contienen bacterias intestinales y otro material infeccioso, por lo que los médicos utilizarán antibióticos para tratarlas.
Las fístulas grandes, numerosas o persistentes suelen requerir cirugía.
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Síntomas
Los síntomas de una fístula difieren según la ubicación. Sin embargo, algunos síntomas comunes incluyen los siguientes:
- Infecciones frecuentes del tracto urinario
- Náuseas y vómitos
- Diarrea
- Dolor abdominal
- Síntomas vaginales, como pérdida de orina por la vagina o pérdida de gas o heces en la vagina
Las fístulas que no responden a los medicamentos incrementan el riesgo de sepsis y pueden requerir cirugía de emergencia.
Recuerda que la sepsis constituye una emergencia médica y puede ser fatal.
Los síntomas de la sepsis incluyen:
- Signos de infección, como fiebre, fatiga y dolor
- Confusión
- Cansancio y fatiga
- Dolor intenso o malestar
Fuente: Medical News Today