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Los investigadores médicos están de acuerdo en que las personas que se someten a un tratamiento para el cáncer de mama y aquellas que han completado sus tratamientos pueden beneficiarse del yoga suave. Las pacientes y sobrevivientes de cáncer de mama pueden considerar el yoga como un tratamiento complementario para los síntomas de la enfermedad.

Los expertos recomiendan el ejercicio suave, como el yoga, en todas las etapas del cáncer, incluso antes, durante y después del tratamiento.

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No obstante, una persona siempre debe consultar a un médico o fisioterapeuta sobre el inicio de la actividad física, especialmente después de la cirugía.

Una persona que se ha sometido a una intervención de cáncer de mama, como una mastectomía, puede experimentar problemas en los brazos y hombros que ciertas posturas de yoga podrían agravar. Un instructor de yoga con experiencia puede modificar las poses para que se adapten a las necesidades de los pacientes.

Si después de la cirugía una persona experimenta linfedema, una afección en la que se acumula líquido linfático adicional y causa hinchazón, esta debe consultar a su médico o fisioterapeuta respecto a las posturas de yoga seguras y que le otorguen beneficios.

 

Fuente: Medical News Today