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Las zanahorias contienen varios nutrientes esenciales, que incluyen a la vitamina K, la vitamina A y muchos antioxidantes. Estas también contienen altas cantidades de betacaroteno, que es el responsable de que tengan su distintivo color naranja.

Estudios recientes revelan que el betacaroteno juega un papel clave para mantener fuerte el sistema inmunológico y así prevenir ciertos tipos de cáncer.

Una revisión descubrió una relación entre el betacaroteno y una reducción en el riesgo de cáncer de mama y próstata.

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Otro análisis reveló que un mayor consumo de zanahorias da como resultado un 26% menos riesgo de desarrollar cáncer de estómago.

Por otra parte, las legumbres como los frijoles, los chícharos y las lentejas, poseen un alto contenido de fibra, lo que a su vez puede ayudar a reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer.

Por ejemplo, una revisión encontró un vínculo entre un mayor consumo de legumbres y un menor riesgo de cáncer colorrectal.

Otro estudio examinó la relación entre la ingesta de fibra de frijol y el riesgo de cáncer de mama.

Los resultados del estudio mostraron que las personas con dietas ricas en fibra de frijol tenían un 20% menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama que aquellas que no consumían su ingesta diaria de fibra, particularmente de esta fuente.

 

Fuente: Medical News Today