La demencia es un grupo de enfermedades progresivas e impredecibles. Sus síntomas generalmente progresan de manera constante. Sin embargo, una persona puede experimentar un empeoramiento repentino de los síntomas de demencia, lo que puede ser parte del progreso de la enfermedad o una señal de un problema médico grave.

Un cambio repentino en el pensamiento o el comportamiento puede ser el resultado de delirio, evento cerebrovascular u otras condiciones de salud. En otros casos, el empeoramiento de los síntomas puede deberse temporalmente al estrés o a un cambio en la rutina.

Conoce más: Demencia, ¿siempre puede prevenirse?

Entonces, es un hecho que la demencia puede empeorar súbitamente, pues como dijimos, la condición y sus síntomas son impredecibles. Los síntomas de una persona con la afección pueden permanecer estables durante mucho tiempo y después empeorar sin advertencia alguna. De manera alternativa, pueden empeorar a un ritmo lento y constante, o puede presentarse una combinación de ambos.

Asimismo y como ya se mencionó, el empeoramiento repentino de los síntomas puede ser el resultado de otra afección médica, aunque no siempre es posible diagnosticar la causa basándose únicamente en los síntomas, particularmente si una persona con demencia tiene dificultades para comunicarse.

Con base en la información anterior, es fundamental hablar con un médico cada vez que una persona con demencia experimente un empeoramiento repentino de sus síntomas.

 

Fuente: Medical News Today