Las diferencias del sexo en la formación de los ojos, su función y alteraciones, se remontan siglos atrás, cuando los hombres servían como cazadores-recolectores y las mujeres como cuidadoras y madres. La visión del hombre evolucionó para percibir mejor los cambios en el brillo, la luminosidad y el espacio, distinguiendo con mayor precisión a posibles depredadores. La mujer, desarrolló mayor sensibilidad a variantes en los tonos que perfilaban estados anímicos de sus hijos. En la actualidad los hombres tienen niveles de receptores de testosterona de la corteza visual 25 % más altos que en las mujeres, procesando con mayor nitidez las imágenes. Las mujeres distinguen mejor los colores a lo largo del espectro visual medio, diferenciando claramente los tonos de azul de los verdes, por transportar dos de los tres tipos de conos, en el cromosoma X (conos L -más sensibles a las longitudes de onda más largas de la luz; conos S – más sensibles a longitudes de onda más cortas).

Preocupa que, en la actualidad, dos tercios de todas las cegueras y deficiencias visuales se deben a estas diferencias entre hombres y mujeres.

Enfermedades oculares como cataratas, retinopatía diabética y degeneración macular y complicaciones oculares de enfermedades autoinmunes como lupus, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, así como infecciones por cosméticos, queratitis ulcerosa por lentes de contacto y el síndrome de ojo seco, todas tienen predominio en mujeres.

También las alergias estacionales afectan más a las mujeres que a los hombres (el 73 % en comparación con el 67 % de los hombres), agravándose la picazón, la irritación y los ojos llorosos, con el contacto y frotamiento constante de los ojos.

A pesar de estos riesgos aumentados, las mujeres carecen de acceso a los servicios de salud, siendo su rol de cuidadora, prioritario. La atención visual preeminente atiende al hombre, cuya visión se considera más importante, al requerirse para su actividad laboral, siendo el proveedor de la familia. Por lo mismo, los hombres son los únicos con cobertura de seguridad social.

FACTORES DIFERENCIALES

Para dimensionar la diferencia en la salud visual entre el hombre y la mujer, cabe identificar diferencias en los factores causales:

DEMOGRÁFICOS
Dos tercios de todas las cegueras y deficiencias visuales relacionadas con la edad ocurren en mujeres, por vivir de 5-10 años más que los hombres. Presentan mayor degeneración macular relacionada con la edad (AMD), glaucoma y cataratas.

SOCIO-CULTURALES
Por su rol como cuidadora, se descuida la atención a la salud visual de la mujer dando prioridad a la salud visual del hombre, al ser el que procura sustento con el trabajo laboral. Son las responsables de cuidar a enfermos, discapacitados e invidentes.
Las mujeres tienen menor acceso a la atención médica y en su mayoría carecen de seguro médico. Menos del 10% de las mujeres saben que corren mayor riesgo de perder la vista que los hombres. El 86 % tiene la percepción errónea de que los hombres y las mujeres corren el mismo riesgo de contraer una patología visual. El 5% piensa que los hombres corren mayor riesgo. Por ello, únicamente una de cuatro mujeres se realiza un examen de la vista.

ANATÓMICOS
El ojo del recién nacido masculino crece más rápido que el femenino. El tamaño de los ojos en mujeres muestra diferencias biométricas con el ojo masculino, por ser más corto (entre 0,4-0,8 mm). Estas diferencias en la correlación entre la longitud axial del ojo, la curvatura de la córnea y el grosor del cristalino conlleva mayores alteraciones en la refracción óptica de mujeres con mayor afectación en su agudeza visual. Siendo el ojo más pequeño en las mujeres, la formación de su córnea es más pronunciada que la córnea masculina. Durante el período de crecimiento, el sexo es el que determina estas diferencias en la longitud del vítreo y la profundidad de la cámara anterior. Alteran la refracción de la córnea, correlacionándose negativamente con la longitud axial. Por ello, se registra un mayor número de cataratas (10-20% mayor riesgo de catarata cortical) en mujeres, con mayores casos de glaucoma de ángulo cerrado con edad.

HORMONALES
Las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) regulan la producción del líquido intraocular, con alteraciones por acúmulo de líquido que aumentan el grosor y la curvatura del ojo. Ello disminuye la transparencia corneal y la alteración refractiva.

Las hormonas también influyen en la aparición de migrañas y su impacto en la visión. Una de cada cinco mujeres sufre de migrañas. También se relacionan con problemas de adaptación a los lentes de contacto y al tomar píldoras anticonceptivas o estar embarazadas.

Los hombres tienen 25 % más receptores de testosterona en su corteza visual procesando mejor las imágenes. Los hombres perciben mejor los cambios en el brillo y el espacio y reconociendo rostros y letras con mayor nitidez.
Durante la menopausia los cambios hormonales pueden generar ojo seco, presente también en el climaterio y con el uso de anticonceptivos. La afectación de las glándulas de Meibomio, el acné, la dermatitis, el parpadeo insuficiente y las alteraciones de párpados, todas son condiciones generadoras de ojo seco, más frecuentes en mujeres.

ENDÓCRINOS
La diabetes mellitus tipo 2 (DM2), con la complicación subsecuente de retinopatía diabética, afecta de manera diferente a hombres y mujeres. Las diferencias son atribuibles, tanto a factores biológicos ligados al sexo, como al género. Impactan en la prevalencia, incidencia, complicaciones y mortalidad por DM2 con mayor riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares. Esto se debe a un peor control glucémico por trastornos hormonales, durante la menopausia.

INMUNITARIOS
Las mujeres son más propensas a sufrir enfermedades autoinmunes, con mayor afectación visual por lupus, artritis reumatoide y esclerosis múltiple.
Las alergias estacionales también afectan más a las mujeres que a los hombres (el 73 % en comparación con el 67 % de los hombres). Sus efectos visuales secundarios (picazón, irritación, ojos llorosos), frecuentemente conllevan infección por contacto y frotamiento constante de los ojos. Lo mismo ocurre con las queratitis ulcerosas que son más frecuentes en mujeres que usan lentes de contacto.

CROMOSÓMICOS
Las mujeres distinguen mejor los colores al centro del espectro visual, como los tonos de azul y verde, que los hombres, por contar con mayor número de conos sensibles a longitudes de onda de luz más largas (conos L) y a longitudes de onda más cortas (conos S). Estos, están ligados al cromosoma X.
Sin embargo, el hombre tiene una visión con mayor nitidez en la lectura que las mujeres, quienes no distinguen la tabla optométrica, claramente.

INFECCIOSOS
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) adquiridas en el canal del parto son la principal causa de ceguera neonatal en países en desarrollo. En países desarrollados existe mayor riesgo de infección por contaminación del ojo, con el uso frecuente de cosméticos.

CONDECENTRO
Los motivos de consulta en mujeres, en el Instituto de Oftalmología FUNDACIÓN CONDE DE VALENCIANA, sede Centro, reflejan el impacto de estas diferencias:

El 60% de las consultas, son de atención a mujeres, en su mayoría mayores de 40 años, siendo los errores de refracción los más solicitados (50%).

PREVENCIÓN

Tres cuartas partes de toda ceguera y pérdida de visión son curables o prevenibles.

Al experimentar dolor, irritación o cualquier alteración inusual en el campo de visión es importante:

  • Realizarse un examen de ojos con dilatación de pupilas. Programe exámenes de la vista completos regulares, especialmente después de los 40 años.
  • Conocer la salud de su familia. Conozca su historial familiar y compártalo con su oftalmólogo. Muchas enfermedades oculares son hereditarias.
  • Comer una dieta saludable (muchas frutas frescas, especialmente cítricos, verduras de hoja verde, salmón, atún y otros pescados grasos, huevos, nueces, frijoles y otras fuentes de proteínas no cárnicas). Ésta protege al corazón y a los ojos. Dos de sus ingredientes carotenoides (la luteína y la zeaxantina) están presentes en la retina y el cristalino del ojo. El comer alimentos que los contienen retrasa el daño de la luz y la oxidación que acelera la degeneración macular y las cataratas. Se encuentran en vegetales de hoja verde oscuro y en varias frutas. La luteína también se encuentra en algunos suplementos dietéticos. Incluya salmón, atún y otros pescados grasos, huevos, nueces y frijoles en su dieta y mantenga un peso saludable para controlar afecciones crónicas, como la diabetes.
  • No fumar. El fumar está relacionado con varias enfermedades oculares, que incluyen a la degeneración macular, las cataratas, el glaucoma y la distrofia corneal endotelial de Fuchs, una condición rara que produce visión nublada. También predispone oclusiones vasculares en la retina y retinopatía diabética.
  • Utilice protectores oculares de policarbonato como barrera de seguridad o lentes que protejan los ojos (goggles) al realizar tareas domésticas o jardinería, practicar deportes o trabajar con escombros, esquirlas o productos químicos.
  • Protéjase del sol con gafas de sol o lentes oscuros que eliminen los rayos ultravioleta (bloqueadores del 99-100 % de rayos UVA y UVB). La exposición prolongada a la luz solar puede aumentar el riesgo de cataratas y degeneración macular.
  • Reemplace su maquillaje de ojos cada tres meses y mantenga limpios los pinceles de maquillaje y rizador de pestañas.

ANTICIPE EL EXAMEN DE LA VISTA cuando:

  • Presente dolor o irritación, o alteraciones en el campo de visión (pérdida de visión; distorsión o visión borrosa lateral o periférica, en uno o ambos ojos; destellos de luz o moscas volantes).
  • Cuente con información sobre sus antecedentes familiares con enfermedades oculares porque algunas afecciones son genéticas o hereditarias (glaucoma, la degeneración macular y los desprendimientos de retina).
  • Reconozca los riesgos aumentados en mujeres y acepte mejorar la visión que, con la edad, mejora con anteojos o lentes de contacto o procedimientos quirúrgicos como LASIK o PRK.