Las enfermedades crónicas pueden afectar el estado de ánimo y la salud mental de un individuo. Después del diagnóstico, la persona puede sentirse triste, desanimada o ansiosa por lo que le depara el futuro.
Hasta cierto punto, esto es típico y de esperarse. Las personas pueden sentir pena cuando se enteran de que padecen una condición de esta índole. Asimismo, puede tomar algún tiempo procesar las noticias.
Una de estas enfermedades es la insuficiencia cardíaca, que puede afectar potencialmente la salud mental. Esto se debe a que recibir un diagnóstico de la misma puede alterar los planes de una persona para el futuro y cómo se ve a sí misma.
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Dicha afección también puede requerir cambios significativos en la dieta o en el estilo de vida, lo que a su vez puede alterar las limitaciones físicas de una persona. La preocupación por el futuro, los gastos médicos o los efectos secundarios del tratamiento pueden agregar estrés.
La depresión y la ansiedad son comunes en las personas con insuficiencia cardíaca. De acuerdo con una revisión del año 2018, las investigaciones sugieren que las tasas de estas condiciones de salud mental son más elevadas en personas con insuficiencia cardíaca que en la población general.
Sumado a ello, un meta-análisis del 2006 de 36 estudios, que incluyeron participantes con insuficiencia cardíaca, descubrió que:
- 21.5% tenían síntomas de depresión
- 13% tenía síntomas de trastorno de ansiedad generalizada
- Casi el 30% tenía niveles significativos de ansiedad de cualquier tipo
Fuente: Medical News Today