La intolerancia al ejercicio es una reducción en la capacidad para realizar ejercicio a un nivel normal para la edad y el tamaño de una persona. Es posible que las personas con intolerancia al ejercicio no puedan practicarlo tan vigorosamente como solían hacerlo, o pueden cansarse o quedarse sin aliento muy rápidamente después de comenzar cualquier rutina.

La medida en la cual la intolerancia al ejercicio afecta a las personas puede variar de forma drástica. Algunas podrían participar en ciertos tipos de ejercicio, pero después deben detenerse lo antes posible. Otras podrían no participar en mucha actividad física debido a sus síntomas.

No es lo mismo la intolerancia al ejercicio que una persona con un bajo nivel de aptitud física.

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En la mayoría de los casos, las personas que no han hecho ejercicio durante un tiempo pueden beneficiarse de la actividad física y desarrollar lentamente su fuerza. Cuanto más se acostumbren al ejercicio, podrán realizarlo en mayor cantidad de manera cómoda.

En contraste, quienes padecen intolerancia al ejercicio luchan por construir esta tolerancia. Y dependiendo de la causa, la actividad física puede empeorar significativamente sus síntomas.

El signo principal de intolerancia al ejercicio es una incapacidad constante para realizar un nivel razonable de actividad física. Esto puede hacer que una persona se sienta:

  • Exhausta
  • Sin aliento
  • Débil
  • Con dolor
  • Nauseabunda

Dependiendo de la causa, una persona también puede experimentar calambres musculares, mareos o malestar posesfuerzo.

Si tienes más dudas respecto a este tema, consulta a tu médico.

Fuente: Medical News Today