En ocasiones, adoptamos malos hábitos alimenticios —o relacionados al estilo de vida— que aumentan el riesgo de indigestión estomacal, denominada médicamente como dispepsia.
Si bien no es un tema que cause gran preocupación, la indigestión viene acompañada de síntomas que pueden afectar la calidad de vida de quienes la padecen, como:
- Ardor o dolor en la zona entre el ombligo y la parte inferior del esternón.
- Sensación de estar muy lleno, que inicia al comenzar a comer o al terminar.
Algunos hábitos que pueden detonar la aparición de indigestión son:
- Beber alcohol en exceso.
- Ingerir alimentos picantes o grasos.
- Comer demasiado o ingerir alimentos demasiado rápido.
- Tener estrés o nervios en exceso.
- Fumar y tomar muchas bebidas con cafeína.
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¿Cuándo visitar a un médico?
Si bien la gran mayoría de los casos de indigestión no suelen ser graves, en ocasiones los síntomas pueden deberse a un problema de salud más serio. De acuerdo con expertos, en algunos casos un posible ataque al corazón puede llegar a ser confundido con un episodio de indigestión.
Para diferenciarlos, presta atención a la presencia de ciertos signos, como:
- Dolor en la mandíbula.
- Dolor torácico.
- Dolor de espalda.
- Sudoración profusa.
- Ansiedad.
Si tienes dudas sobre tu bienestar gastrointestinal, visita a un profesional de la salud. Evita automedicarte y apégate a las recomendaciones de tu médico
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos