Las sustancias químicas del humo del tabaco incrementan las probabilidades de sufrir problemas cardíacos y enfermedades cardiovasculares.
Fumar ocasiona aterosclerosis, que es cuando la placa se acumula en la sangre y se adhiere a las paredes de las arterias. Esto las hace más estrechas, lo que reduce el flujo sanguíneo y aumenta el riesgo de coágulos de sangre.
Fumar también daña los vasos sanguíneos, haciéndolos más gruesos y estrechos, dificultando así el flujo de sangre. También aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
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El tabaquismo posee vínculos con las siguientes condiciones cardiovasculares:
- Enfermedad coronaria, una de las principales causas de muerte en el mundo.
- Ataque al corazón, ya que fumar duplica el riesgo de sufrir un infarto.
- Obstrucciones que reducen el flujo sanguíneo hacia la piel y las piernas.
- Evento cerebrovascular debido a coágulos de sangre o a rotura de vasos sanguíneos en el cerebro.
Incluso los fumadores que fuman 5 cigarros o menos al día pueden desarrollar signos tempranos de enfermedad cardiovascular.
El monóxido de carbono y la nicotina hacen que el corazón trabaje más y más rápido. Esto significa que fumar dificulta el ejercicio, y la falta de actividad física incrementa todavía más el riesgo de sufrir problemas de salud.
Fuente: Medical News Today