La dieta occidental incluye un alto consumo de grasas saturadas y carbohidratos refinados, así como un bajo consumo de alimentos de origen vegetal. La evidencia vincula esto con diversas enfermedades crónicas.
Por ejemplo, un estudio del año 2019 encontró que, tan solo en Estados Unidos, los factores dietéticos generan más de 50 mil millones de dólares en costos anuales de atención médica relacionados con afecciones como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y eventos cerebrovasculares.
Las personas que que llevan una dieta occidental pueden tener una ingesta elevada de lo siguiente:
- Sodio
- Carnes rojas
- Grasas trans
- Grasas saturadas
- Carnes procesadas
- Granos refinados
- Productos lácteos altos en grasa
- Bebidas azucaradas
- Alimentos ultraprocesados
- Alcohol
Una dieta equilibrada garantiza que las personas obtengan todos los nutrientes esenciales necesarios para mantener una buena salud.
Sin embargo, la dieta occidental posee un bajo contenido de varios micronutrientes vitales, lo que puede provocar un deterioro de la función inmune y afectar negativamente a la salud.
Los siguientes porcentajes de la población de Estados Unidos poseen niveles inadecuados de micronutrientes clave relacionados con el sistema inmunológico:
- Vitamina A: 45%
- Vitamina C: 46%
- Vitamina D: 95%
- Vitamina E: 84%
- Zinc: 15%
Además de los elementos de la lista de la sección previa, las personas pueden intentar incluir lo siguiente en su dieta para satisfacer sus necesidades diarias de nutrientes:
- Aceites
- Semillas
- Carnes magras
- Mariscos
Fuente: Medical News Today