Los experimentos con células madre neurales cultivadas han revelado que tener niveles muy altos de ácido propiónico (PPA, por sus siglas en inglés) reducen la cantidad de células que se diferencian en neuronas e incrementan la cantidad de células que se convierten en células gliales.
Recordemos que el PPA es un ácido graso saturado de cadena corta natural con propiedades antifúngicas. Al día de hoy, muchos fabricantes lo utilizan como conservante de alimentos y agente aromatizante para productos envasados y procesados.
Volviendo al tema central, aunque las células gliales pueden respaldar la función neuronal, una acumulación excesiva de estas (lo que se conocer como gliosis) puede provocar inflamación en el cerebro e interrumpir la conectividad entre las neuronas.
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En un nuevo estudio, se descubrió que demasiado PPA pueden dañar las vías moleculares que normalmente permiten a las neuronas enviar información al resto del cuerpo.
Los autores sugieren que tal alteración en la capacidad del cerebro para comunicarse puede explicar las características relacionadas con los trastornos del espectro autista (TEA), como el comportamiento repetitivo y las dificultades con la interacción social.
Asimismo, sugieren que comer alimentos procesados que probablemente tengan niveles altos de PPA durante el embarazo puede aumentar los niveles de PPA en el intestino materno, que posteriormente podrían transferirse al feto.
Fuente: Medical News Today