Investigaciones previas han demostrado que las señales ambientales relacionadas con la adicción activan áreas del cerebro asociadas con el procesamiento emocional y la respuesta a los estímulos.
Esta es la razón por la que una persona, al pasar por una zona para fumadores, sienta el deseo de encender un cigarro, lo que, a su vez, hará que esta persona se sienta bien temporalmente mientras fuma.
Sin embargo, un nuevo estudio investigó los vínculos entre la memoria y el aprendizaje en las adicciones. Los autores indican que trabajos anteriores demostraron que la cocaína y la nicotina mejoran la formación de la memoria a largo plazo.
Pero en sus nuevos experimentos, estos expertos administraron cocaína y nicotina en ratas, y evaluaron su memoria colocándolas en cámaras de prueba y examinando qué tan bien recordaban objetos nuevos.
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Después, condicionaron a las ratas para que asociaran las sustancias con ciertos estímulos ambientales. Finalmente, probaron la memoria de las ratas cuando no habían recibido ninguna sustancia pero sí estuvieron expuestas a los estímulos.
De esta forma, revelaron que la memoria de los roedores era más activa en las cámaras donde los científicos les habían administrado ambas sustancias y las habían condicionado a señales asociadas a las mismas, pero era menos activa en entornos libres de asociaciones con la cocaína y nicotina.
Lo anterior sugirió al equipo que cuando la nicotina y la cocaína se asocian con señales ambientales, estas pueden impulsar el aprendizaje y fortalecer los recuerdos.
Tales efectos que fortalecen la memoria hacen que sea más difícil recuperarse de la adicción, dijeron los autores. No obstante, comprender el mecanismo podría hacer que la terapia cognitivo-conductual sea más eficaz en el tratamiento de las adicciones.
Fuente: Medical News Today