No existe una prueba única para diagnosticar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Un paso del proceso para diagnosticarlo involucra realizar un examen físico, que incluye pruebas de visión, pruebas de audición (para niños y adultos) y pruebas adicionales para descartar otros problemas que manifiestan síntomas similares a los del TDAH. Tales problemas con síntomas similares incluyen ansiedad, depresión, problemas para dormir y ciertos tipos de problemas de aprendizaje.
Asimismo, el proceso implica la revisión de un historial médico completo y de los antecedentes familiares. Normalmente, incluye el uso de listas de verificación de síntomas de TDAH, cuestionarios y/o preguntas de entrevista estandarizadas. Dichas herramientas cuentan con escalas de calificación (sistemas de puntuación) que ayudan al proveedor de atención médica a ver si los síntomas y los antecedentes de una persona se ajustan a un diagnóstico de TDAH.
Conoce más: TDAH y alteraciones visuales, ¿cómo están relacionados?
Para concretar un diagnóstico de TDAH, el proveedor debe haber encontrado lo siguiente:
- Varios síntomas de TDAH que comenzaron antes de los 12 años.
- Varios síntomas de falta de atención y/o hiperactividad-impulsividad que se han prolongado durante al menos 6 meses y ocasionan problemas graves:
- En niños de hasta 16 años, debe haber al menos 6 síntomas continuos.
- En personas mayores de 17 años, debe haber al menos 5 síntomas continuos.
- Síntomas que ocurren en 2 o más entornos, por ejemplo, en el hogar y en el trabajo o la escuela.
- Síntomas que claramente obstaculizan el buen funcionamiento en la escuela, el trabajo y/o en situaciones sociales.
- Los síntomas no son causados por otro trastorno de salud mental.