El tratamiento de los trastornos de la sangre está determinado por su diagnóstico específico.

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Algunos trastornos sanguíneos crónicos no tienen un tratamiento específico como tal, pero podrían requerirlo durante eventos agudos. Por ejemplo:

  • La anemia causada por deficiencia de hierro se tratará con suplementos de hierro. La beta talasemia mayor, una forma hereditaria de anemia, se trata con transfusiones de sangre mensuales.
  • La hemofilia se puede tratar con productos de reemplazo del factor de coagulación que se pueden utilizar para tratar hemorragias individuales o, cuando se administran regularmente, prevenir hemorragias (profilaxis).
  • La policitemia vera se trata mediante flebotomía: esto involucra extraer medio litro de sangre de forma intermitente para evitar que la cantidad de glóbulos rojos caiga por debajo del nivel peligroso.
  • Los coágulos de sangre se pueden tratar con terapia anticoagulante (medicamentos anticoagulantes). Algunos casos pueden requerir trombólisis dirigida por catéter para disolver la obstrucción.
  • La trombocitemia se puede tratar con aspirina o puede requerir medicamentos como hidroxiurea, interferón alfa o anagrelida (rara vez se usan).
  • La trombocitopenia inmunitaria se puede tratar con corticosteroides como la prednisona o medicamentos que aumentan el recuento de plaquetas. La extirpación del bazo es otro tratamiento que se realiza cuando es necesario.

Si padeces alguno de estos trastornos, es importante discutir con tu médico cuál es el mejor tratamiento para ti y tu diagnóstico.

 

Fuente: Very Well Health