La cirrosis hepática avanzada puede elevar los niveles de amoníaco en la sangre a niveles peligrosos, pero un nuevo estudio descubrió que evitar comer carne puede ayudar a revertir dicho problema.

De acuerdo con los autores, incluso pequeños cambios en la dieta, como hacer una comida sin carne de vez en cuando, podrían beneficiar al hígado al reducir los niveles nocivos de amoníaco en pacientes con cirrosis.

Como explicó el equipo de investigación, las bacterias del intestino generan automáticamente amoníaco mientras ayudan al cuerpo a digerir los alimentos. En personas con hígado sano, el órgano toma ese amoníaco y lo envía a los riñones, donde se excreta de forma inofensiva a través de la orina.

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Sin embargo, la cirrosis afecta la capacidad del órgano para procesar el amoníaco, por lo que se acumula de forma tóxica.

El amoníaco puede incluso viajar al cerebro y provocar confusión o delirio. Esto se llama encefalopatía hepática y, sin tratamiento, puede provocar coma y fallecimiento.

La dieta puede desempeñar un papel clave en dichos procesos, porque las dietas occidentales bajas en fibra y ricas en carne y carbohidratos aumentan los niveles de amoníaco producido por el intestino; de ahí la importancia de reducir el consumo de carne para revertir la cirrosis hepática.

 

Fuente: Health Day