El sueño es una función biológica vital que desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud general y, específicamente, en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Durante el sueño, el cuerpo lleva a cabo procesos esenciales de reparación y regeneración celular, lo que ayuda a mantener el equilibrio y la eficiencia del sistema inmune.

Beneficios del sueño para el sistema inmunológico

  • Celular. Durante las fases más profundas del sueño, el cuerpo produce citocinas, proteínas que ayudan a combatir infecciones, inflamaciones y el estrés. Estas citocinas son esenciales para la respuesta inmune, facilitando la reparación de tejidos dañados y la defensa contra patógenos.
  • Producción de anticuerpos. Un sueño adecuado mejora la producción de anticuerpos, las proteínas específicas que el sistema inmunológico utiliza para neutralizar virus y bacterias. Esto es especialmente importante después de recibir una vacuna, ya que el sueño suficiente puede mejorar la respuesta inmune a la vacunación.
  • Reducción del estrés. Dormir bien reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Niveles elevados de cortisol pueden suprimir la función del sistema inmunológico, haciéndolo menos eficaz para combatir infecciones.

Consecuencias de la falta de sueño

  • Mayor susceptibilidad a infecciones. La privación del sueño puede disminuir la producción de citocinas protectoras y otros mediadores del sistema inmunológico. Esto puede resultar en una mayor susceptibilidad a infecciones comunes, como resfriados y gripe.
  • Inflamación crónica. La falta de sueño se asocia con niveles más altos de inflamación crónica en el cuerpo. Esta inflamación puede contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
  • Respuesta inmunitaria deficiente. La privación del sueño también afecta negativamente la memoria inmunológica, la capacidad del sistema inmunológico para recordar y atacar patógenos con los que ha tenido contacto previo. Esto puede hacer que las infecciones sean más severas y duraderas.

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El sueño no sólo es crucial para el bienestar general, también desempeña un papel indispensable en la optimización del sistema inmunológico. Dormir entre 7 y 9 horas por noche puede marcar una diferencia significativa en la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y mantener una salud robusta.

Si tienes dudas, consulta a un profesional de la salud.

 

Fuente: Mayo Clinic