El aire frío y/o seco al aire libre puede provocar el estrechamiento de las vías respiratorias y ocasionar síntomas de asma. Esto se convierte en un mayor riesgo si haces ejercicio al aire libre.

Durante el clima más frío y duro típico de la temporada invernal, es más probable que pases más tiempo en espacios interiores, lo que puede aumentar tu exposición a alérgenos de interior, como ácaros del polvo, moho, caspa de mascotas y excrementos de insectos, que a su vez pueden provocar una reacción alérgica o síntomas asmáticos.

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Por otra parte, el calor y la humedad elevados pueden provocar síntomas de alergia y asma durante el verano. Respirar aire húmedo durante esta época del año, que suele estar saturado de agua, activa los nervios que hacen que la garganta se cierre.

El aire húmedo también atrapa alérgenos, contaminación y ozono (un gas que puede irritar el sistema respiratorio) en la atmósfera, y este se puede respirar fácilmente.

 

Fuente: Very Well Health