La enfermedad de Lyme se transmite a los humanos a través de la picadura de una garrapata de patas negras infectada, la cual es portadora de una bacteria llamada Borrelia burgdorferi y, en raras ocasiones, de otra conocida como Borrelia mayonii. En la mayoría de los casos, la garrapata debe permanecer adherida al área durante 48 horas antes de que la bacteria pueda transmitirse.
Cada año se notifican aproximadamente 30,000 casos de enfermedad de Lyme, pero esta cifra no refleja todos los casos. Estimaciones recientes sugieren que casi 476,000 personas en países como Estados Unidos reciben tratamiento por la citada afección cada año, pero dicho número probablemente incluye a pacientes que en realidad no estaban infectados.
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Cuando la enfermedad de Lyme afecta los nervios de la cara, puede provocar una caída o parálisis facial en uno o ambos lados. Esto se conoce como neuroborreliosis de Lyme (LNB, por sus siglas en inglés) o enfermedad de Lyme neurológica.
La caída facial puede ir acompañada de entumecimiento, dolor, debilidad, dificultad para sonreír y masticar, así como de alteraciones visuales (parpadeo doble o dificultad para parpadear) y síntomas de meningitis como fiebre, rigidez en el cuello y dolor de cabeza intenso.
Alrededor del 5% de los niños con enfermedad de Lyme experimentarán parálisis facial.
Fuente: Very Well Health