Las personas con síndrome de Down comparten una serie de rasgos faciales y físicos reconocibles. Estos son más evidentes al nacer y pueden volverse más pronunciados con el paso del tiempo.
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Las características físicas más obvias del síndrome de Down incluyen las siguientes:
- Una cara redonda, de perfil plano y nariz y boca pequeñas.
- Una lengua grande que puede sobresalir de la boca.
- Ojos almendrados con piel que cubre el interior del ojo (pliegues epicantos).
- Manchas blancas en la parte coloreada de los ojos (manchas de Brushfield).
- Orejas pequeñas.
- Una cabeza pequeña que es algo plana en la parte posterior (braquicefalia).
- Cuello corto.
- Clinodactilia: un solo pliegue en la palma de cada mano (normalmente hay dos), dedos cortos y rechonchos y un dedo meñique que se vuelve curvo hacia adentro.
- Pies pequeños con un espacio mayor de lo normal entre el dedo gordo y el segundo.
- Constitución baja y robusta: al nacer, los niños con síndrome de Down suelen tener un tamaño promedio, pero tienden a crecer a un ritmo más lento y siguen siendo más pequeños que otros niños de su edad. También es común que las personas con síndrome de Down tengan sobrepeso.
Fuente: Very Well Health