Una convulsión es una descarga eléctrica anormal que se presenta en el cerebro. Usualmente, las células cerebrales, o neuronas, fluyen de forma organizada a lo largo de la superficie del cerebro. Una convulsión ocurre cuando hay un exceso de actividad eléctrica.

Las convulsiones pueden causar síntomas como espasmos musculares, contracciones de las extremidades y pérdida del conocimiento. También pueden provocar cambios en los sentimientos y el comportamiento.

Una convulsión es un evento único. Si tienes más de una convulsión, tu médico puede diagnosticarla como un trastorno mayor. Según los expertos, tener una convulsión te dará entre un 40 y un 50 por ciento de posibilidades de experimentar otra dentro de dos años, si no tomas medicamentos. Tomar medicación puede reducir aproximadamente a la mitad el riesgo de sufrir otra convulsión.

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Generalmente, a una persona se le diagnostica un trastorno convulsivo una vez que ha tenido dos o más convulsiones «no provocadas». Las convulsiones no provocadas son aquellas que ocurrieron por causas naturales, como factores genéticos o desequilibrios metabólicos en el cuerpo.

Las convulsiones «provocadas» son causadas por un evento específico como una lesión cerebral o un infarto cerebral. Para que te diagnostiquen epilepsia o un trastorno convulsivo, es necesario tener al menos dos convulsiones no provocadas.

 

Fuente: Healthline