La caída del cabello puede deberse a hábitos del estilo de vida, a la genética o a ambos. Ciertas condiciones médicas también pueden provocar dicha caída.
Los hábitos del estilo de vida pueden incluir:
- Tratar demasiado tu cabello: esto incluye tratamientos de color, permanentes y alisadores.
- Uso de productos para el cabello agresivos: estos productos incluyen lacas y geles para el cabello de fijación extrema.
- Usar peinados ajustados: ya sea que uses un recogido o te amarres el cabello en una cola de caballo para hacer ejercicio, ambos pueden tirar del cabello y separarlo de los folículos, provocando manchas tenues con el tiempo.
- No obtener suficientes nutrientes en la dieta: el hierro, el ácido fólico y otros minerales ayudan a que los folículos produzcan cabello de forma natural.
- Experimentar estrés crónico: el estrés está relacionado con un aumento de hormonas como el cortisol. Demasiadas hormonas del estrés pueden desencadenar una afección como el efluvio telógeno, en la que el cabello puede caerse y los folículos pilosos entran en una larga fase de «reposo» en la que no crece cabello nuevo.
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La caída del cabello también puede ser hereditaria o deberse a condiciones médicas subyacentes. Es posible que tengas cabello debilitado si:
- Recientemente tuviste un bebé.
- Recientemente dejaste de tomar tratamientos hormonales.
- Estás pasando por cambios hormonales.
- Perdiste una cantidad significativa de peso en un corto período de tiempo.
- Estás siendo tratado(a) por una enfermedad autoinmune.
- Tienes deficiencias del sistema inmunológico.
- Tienes un trastorno de la piel o una infección.
- Tienes una deficiencia de vitamina D.
- Tienes una deficiencia de otras vitaminas y minerales como riboflavina, selenio y zinc.
Con menos frecuencia, la caída del cabello puede deberse a:
- Jalar mucho tu propio cabello
- Trastornos de la alimentación
- Fiebre elevada
Fuente: Healthline