Los cambios de estación son una época en la que muchas personas experimentan resfriados, gripes y alergias. El sistema inmune, que nos protege contra enfermedades e infecciones, puede verse afectado por las fluctuaciones de temperatura y las alteraciones en el ambiente. Por ello, es esencial fortalecerlo para mantenernos sanos a lo largo de todo el año.

A continuación, te compartimos algunos consejos para cuidar tu sistema inmunológico durante las transiciones estacionales.

1. Alimenta tu cuerpo con nutrientes esenciales

Una dieta rica en vitaminas y minerales es fundamental para mantener el sistema inmune en óptimas condiciones. Algunos nutrientes clave incluyen:

  • Vitamina C: Este antioxidante fortalece el sistema inmunológico y lo protege contra infecciones. Puedes encontrarla en frutas como naranjas, kiwis, fresas, y verduras como pimientos y brócoli.
  • Vitamina D: La exposición al sol disminuye en las estaciones más frías, por lo que es importante consumir alimentos ricos en vitamina D, como pescados grasos (salmón o atún), yema de huevo y productos lácteos fortificados.
  • Zinc: Este mineral ayuda a la producción de células inmunitarias. Las semillas de calabaza, las legumbres, la carne magra y los frutos secos son buenas fuentes de zinc.

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2. Mantén una buena hidratación

La hidratación es clave para el correcto funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo, incluido el inmunológico. El agua ayuda a eliminar toxinas y a transportar nutrientes a las células. Durante los cambios de estación, es fácil olvidar la importancia de beber suficiente agua, especialmente en invierno, cuando la sensación de sed es menor. Asegúrate de beber al menos 8 vasos de agua al día.

3. Duerme lo suficiente

El descanso es un pilar fundamental para la salud del sistema inmunológico. Durante el sueño, el cuerpo se repara y produce células inmunitarias que combaten infecciones. La falta de sueño puede debilitar las defensas del organismo, haciéndote más susceptible a enfermedades. Intenta dormir entre 7 y 9 horas cada noche y establece una rutina regular de sueño.

4. Haz ejercicio regularmente

El ejercicio moderado fortalece el sistema inmune al mejorar la circulación, lo que permite que las células inmunitarias se muevan por todo el cuerpo de manera más eficiente. Además, el ejercicio ayuda a reducir el estrés, lo que puede tener un impacto positivo en la inmunidad. Actividades como caminar, nadar, andar en bicicleta o practicar yoga son excelentes opciones para mantenerte en movimiento durante todo el año.

5. Controla el estrés

El estrés crónico debilita el sistema inmunológico al aumentar los niveles de cortisol, una hormona que, en exceso, puede inhibir la respuesta inmune. Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el mindfulness o la respiración profunda, puede ayudar a mantener tus defensas fuertes.

6. Cuida tu higiene personal

Los cambios de estación suelen estar acompañados de un aumento en la propagación de virus y bacterias. Mantener una buena higiene personal es una forma sencilla pero efectiva de proteger tu sistema inmune:

  • Lava tus manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente antes de comer y después de estar en contacto con superficies públicas.
  • Evita tocarte la cara, ya que los virus pueden ingresar a tu cuerpo a través de los ojos, la nariz o la boca.
  • Desinfecta regularmente objetos de uso común como teléfonos, teclados y manillas de puertas.

7. Refuerza tu microbiota intestinal

El intestino alberga gran parte de las células inmunitarias del cuerpo. Mantener una microbiota intestinal equilibrada es crucial para un sistema inmune fuerte. Incluye en tu dieta alimentos ricos en probióticos, como el yogur, el kéfir y los alimentos fermentados. Los prebióticos, que son fibras que alimentan las bacterias buenas del intestino, también son esenciales y se encuentran en alimentos como plátanos, ajo, cebolla y avena.

8. Ajusta tu vestimenta y abrigo

Durante las transiciones de estación, es común que las temperaturas varíen considerablemente entre el día y la noche. Vestirse en capas permite adaptarse mejor a estos cambios, evitando que el cuerpo se enfríe o se sobrecaliente, lo cual podría afectar la inmunidad. Asegúrate de abrigarte adecuadamente cuando hace frío y de no exponerte a cambios bruscos de temperatura.

9. Mantén tus vacunas al día

Las vacunas son una forma efectiva de fortalecer el sistema inmunológico, ayudando a prevenir enfermedades graves. Asegúrate de recibir las vacunas recomendadas por tu médico, como la vacuna contra la gripe, especialmente en otoño e invierno.

10. Suplementos: ¿sí o no?

Si bien una dieta equilibrada debería proporcionarte todos los nutrientes necesarios, en algunos casos, los suplementos pueden ser beneficiosos, especialmente si tienes deficiencia de algún nutriente clave (como la vitamina D en invierno). Consulta a un médico antes de empezar a tomar suplementos para asegurarte de que son adecuados para ti.

Cuidar tu sistema inmune durante los cambios de estación no sólo se trata de evitar enfermedades, sino de adoptar hábitos saludables que mantengan tus defensas fuertes todo el año. Con una buena alimentación, ejercicio regular, descanso adecuado y control del estrés, puedes ayudar a tu cuerpo a mantenerse protegido y listo para enfrentar las fluctuaciones estacionales sin problema.

Tu salud está en tus manos, cuídala para disfrutar cada estación al máximo. si tienes dudas, consulta a un profesional de la salud.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos