La preeclampsia es una enfermedad grave en la que se desarrolla presión arterial alta (al menos 140/90 mm Hg) durante el embarazo y va acompañada de otros síntomas.

La preeclampsia posparto (que se presenta después de que nace el bebé) puede requerir una estadía prolongada en el hospital tras haber dado a luz o una readmisión si los síntomas se presentan después del alta.

Si los médicos sospechan que padeces preeclampsia posparto, es probable que te realicen análisis de sangre para controlar la función hepática y renal, así como un análisis de orina (o varios) para medir la cantidad de proteína en la orina.

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Si se requiere un tratamiento, usualmente consiste en medicamentos para la presión arterial y sulfato de magnesio para ayudar a prevenir las convulsiones y la aparición de eclampsia (convulsiones generalizadas o coma en una mujer que ya padece preeclampsia). También se recomienda reposo en cama hasta que la presión arterial vuelva a la normalidad y se hayan controlado o prevenido otras complicaciones.

RECUERDA: Con un tratamiento temprano y minucioso, así como con una vigilancia cuidadosa de la madre y el feto, el pronóstico para las mujeres con preeclampsia suele ser positivo.

La mayoría de los casos de preeclampsia terminan con un parto saludable y los síntomas se resuelven dentro de las 6 semanas posteriores al parto.

 

Fuente: Healthline