Incluir alimentos saludables en la dieta de los niños puede ser un reto, especialmente cuando se trata de aquellos que no son del agrado de los pequeños, como las verduras, ciertos tipos de frutas o pescados. Sin embargo, es fundamental para su crecimiento y desarrollo que tengan una alimentación balanceada.

Aquí te presentamos algunas estrategias para que esos alimentos saludables se integren con éxito en las comidas de los niños.

1. Hazlo divertido

Los niños responden bien a los estímulos visuales y a los juegos. Puedes cortar las verduras o frutas en formas divertidas o crear figuras con los alimentos en el plato. Por ejemplo, usar rodajas de pepino como “ojos” en un plato o crear una cara sonriente con frutas. Esta estrategia puede hacer que la hora de comer sea más divertida y menos intimidante para los niños.

2. Involucra a los niños en la cocina

Permitir que los niños participen en la preparación de los alimentos puede hacer que estén más dispuestos a probar lo que han cocinado. Pueden ayudarte a lavar frutas y verduras, mezclar ingredientes o decorar los platos. La sensación de logro al preparar su comida puede hacer que la consuman con mayor entusiasmo, incluso si incluye alimentos que normalmente rechazan.

3. Esconde los alimentos en platos favoritos

Una técnica efectiva es incorporar alimentos saludables que no les gusten en recetas que disfruten. Por ejemplo, puedes agregar espinacas o zanahorias ralladas en las salsas de pasta o batidos. También puedes mezclar coliflor o calabacín en puré de papas o hacer muffins con ingredientes saludables como zanahoria o calabacín sin que ellos se den cuenta.

4. Introduce los alimentos de forma gradual

En lugar de ofrecer una gran cantidad de un alimento nuevo o poco apreciado, prueba a introducirlo poco a poco. Por ejemplo, si no les gusta el brócoli, puedes comenzar agregando pequeñas cantidades picadas en sopas, ensaladas o guarniciones. Con el tiempo, es posible que se acostumbren al sabor y lo acepten mejor.

5. Sé creativo con las presentaciones

Cambiar la textura o forma de los alimentos puede hacer que los niños se sientan más atraídos por ellos. Si no les gustan las zanahorias crudas, prueba cocinarlas al vapor o hacer chips de zanahoria al horno. Las verduras al vapor pueden ser más agradables para algunos niños que las crudas, y las frutas congeladas pueden parecer más apetecibles como «helados» naturales.

6. Usa salsas o aderezos saludables

A veces, los niños son más receptivos a los alimentos cuando pueden mojarlo en una salsa. Ofrecer hummus, yogur griego, o una salsa de tomate como acompañamiento puede hacer que los vegetales sean más atractivos. Solo asegúrate de que las salsas o aderezos también sean opciones saludables.

7. Da el ejemplo

Los niños aprenden mucho por imitación. Si te ven disfrutando de una variedad de alimentos saludables, es más probable que quieran probarlos también. Haz que la alimentación saludable sea parte de la rutina familiar y muestra entusiasmo cuando comes esos alimentos que no son sus favoritos.

8. No insistas demasiado

Aunque es importante que los niños coman alimentos saludables, forzarlos o insistirles demasiado puede tener el efecto contrario. Mantén la calma y ofrece los alimentos sin hacer una gran presión. A veces, puede llevar varias exposiciones a un alimento para que los niños lo acepten, así que la paciencia es clave.

9. Premios no comestibles

En lugar de usar postres o golosinas como recompensas por comer saludable, ofrece incentivos no comestibles, como elegir una actividad o un juego que les guste. Esto desvincula la idea de que las comidas menos saludables son «recompensas» y las saludables son una obligación.

10. Ofrece opciones

Permitir que los niños elijan entre dos opciones saludables les da un sentido de control sobre lo que comen. En lugar de simplemente decirles que coman verduras, puedes preguntarles si prefieren zanahorias o brócoli. Al hacerlos parte de la decisión, es más probable que acepten comer lo que elijan.

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Incluir alimentos saludables en la dieta de los niños, especialmente aquellos que no les agradan, puede requerir creatividad, paciencia y un enfoque positivo.

Al hacer que la alimentación sea divertida, involucrarlos en la cocina y ofrecer alternativas agradables, estarás sentando las bases para una nutrición equilibrada que los beneficiará a largo plazo.

 

Fuente: Kids Health