Un desgarro de menisco es un tipo común de daño al cartílago de la rodilla. El cartílago se ubica entre los huesos de la articulación de la rodilla y los protege cuando te mueves. Usualmente se daña debido a una lesión.

Un desgarro de menisco normalmente ocurre cuando te tuerces la rodilla mientras practicas un deporte. No obstante, también puede presentarse por lesiones más leves, como una torcedura al estar de pie.

Los síntomas de un desgarro de menisco incluyen los siguientes:

  • Dolor o sensibilidad en la rodilla
  • Rigidez o hinchazón alrededor de la rodilla: la hinchazón puede no comenzar hasta después de algunas horas o días
  • Dificultad para doblar, estirar o mover la rodilla
  • La rodilla cede cuando intentas pararte
  • Sensación de crujido o chasquido cuando mueves la rodilla

Cabe mencionar que los síntomas pueden ser similares a los de un esguince.

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Cómo aliviar los síntomas de un desgarro de menisco

Existen algunas cosas que puedes llevar a cabo, bajo supervisión de tu médico, para aliviar los síntomas de un desgarro de menisco.

Qué hacer

  • Deja de hacer ejercicio o de realizar actividades y descansa la rodilla cuando puedas durante los primeros días.
  • Coloca una compresa de hielo (o una bolsa de verduras congeladas) envuelta en una toalla sobre la rodilla durante un máximo de 20 minutos cada 2 o 3 horas.
  • Envuelve la rodilla con un vendaje o usa un soporte para las rodillas; quítatelo cuando duermas.
  • Mantén la pierna elevada sobre una almohada tanto como sea posible.
  • Toma paracetamol para aliviar el dolor.

Qué no hacer

  • No utilices compresas calientes y evita los baños calientes
  • No bebas alcohol
  • No masajees la rodilla
  • No cargues nada pesado
  • No dejes de mover la rodilla por completo; después de unos días de descanso, trata de hacer algunos movimientos suaves.

 

Fuente: NHS