El flujo máximo es una medida sencilla de la rapidez con la que se puede exhalar el aire de los pulmones. Suele utilizarse para ayudar a diagnosticar y controlar el asma.

Una prueba de flujo máximo involucra soplar con la mayor fuerza posible en un pequeño dispositivo portátil llamado medidor de flujo máximo.

Estos dispositivos se venden con receta médica o se pueden comprar en la mayoría de las farmacias.

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¿Por qué se mide el flujo máximo?

Al medir la rapidez con la que se puede exhalar, la puntuación de flujo máximo puede indicar si las vías respiratorias se encuentran estrechas.

Lo anterior podría ser señal de que se tiene asma, aunque con frecuencia se requerirán otras pruebas, como una espirometría, para confirmar el diagnóstico.

Si ya te han diagnosticado asma, medir el flujo máximo con regularidad puede ser una forma útil de controlar la afección.

Tu puntuación puede mostrar si la condición está empeorando o no. Asimismo, puedes comprobar si los medicamentos están funcionando y saber si estás experimentando un ataque de asma.

Medir tu flujo máximo antes y después de la exposición a un posible desencadenante del asma, como algo a lo que eres alérgico(a) o una sustancia a la que estás expuesto en el trabajo, también puede mostrar si algo en particular ocasiona tus síntomas.

 

Fuente: NHS