Las bolsas debajo de los ojos son un problema estético frecuente que puede afectar a personas de todas las edades. Aunque suelen ser más comunes con el paso del tiempo, existen diversos factores que contribuyen a su aparición, desde el envejecimiento natural hasta ciertos hábitos de vida.

Causas principales

  1. Envejecimiento. Con el tiempo, los tejidos alrededor de los ojos, incluidos los músculos que los sostienen, se debilitan. Esto provoca que la grasa que normalmente se encuentra en la órbita ocular se desplace hacia los párpados inferiores, dando lugar a una apariencia abultada. Además, la piel pierde elasticidad, lo que intensifica este efecto.
  2. Retención de líquidos. Factores como el consumo de sal en exceso, cambios hormonales o dormir con la cabeza en una posición baja pueden provocar acumulación de líquidos en la zona, lo que aumenta la hinchazón.
  3. Factores genéticos. Algunas personas tienen predisposición genética a desarrollar bolsas debajo de los ojos, independientemente de su edad o estilo de vida.
  4. Falta de sueño y fatiga. No descansar lo suficiente puede hacer que los ojos se vean hinchados y cansados. Esto también puede contribuir a la acumulación de líquidos en el área.
  5. Alergias o irritaciones. Reacciones alérgicas o el uso de productos irritantes pueden inflamar los tejidos alrededor de los ojos, ocasionando bolsas temporales.

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Prevención y tratamiento

Para prevenir o reducir las bolsas debajo de los ojos, es importante mantener un estilo de vida saludable. Dormir lo suficiente, llevar una dieta equilibrada baja en sal y mantenerse hidratado son medidas clave. También puede ser útil dormir con la cabeza ligeramente elevada para evitar la acumulación de líquidos.

En cuanto a los tratamientos, hay opciones que van desde remedios caseros, como aplicar compresas frías, hasta procedimientos estéticos. Estos últimos suelen ser recomendados en casos más severos o cuando los cambios son permanentes.

Recuerda, las bolsas debajo de los ojos pueden tener múltiples causas, desde factores genéticos hasta hábitos de vida. Identificar la causa subyacente es clave para abordar el problema de manera efectiva y mejorar la apariencia. Si tienes dudas, consulta a un profesional de la salud.

 

Fuente: Mayo Clinic