Los niños muy pequeños que todavía están aprendiendo a caminar pueden caerse y dañarse la boca o los dientes.
Si esto significa que un niño pierde un diente primario («de leche»), normalmente no se trata de una emergencia, aunque es recomendable que el niño sea revisado por un dentista durante las siguientes 24 horas.
Sin embargo, para los niños mayores, cualquier lesión en un diente permanente es una emergencia dental. Si el niño pierde un diente, asegúrate de recuperarlo, lavarlo con solución salina o agua tibia, y teniendo cuidado de sostener el diente por la corona, no por la raíz.
Después de enjuagar el diente correctamente, puedes volver a implantarlo tú mismo(a), asegurándote de haberlo colocado correctamente en la boca de tu hijo(a). Sostén el diente en su lugar con una servilleta húmeda o una toalla de papel.
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Los expertos afirman que debes hacer esto dentro de los cinco a 20 minutos posteriores a la caída del diente para que las raíces del diente no mueran. Un adulto siempre debe sostener el diente en su lugar con una servilleta húmeda o una toalla de papel.
No dejes que tu hijo(a) haga esto por sí solo(a), ya que es posible que no pueda sostener el diente con firmeza o que el diente se afloje y se separe de la mandíbula, lo que podría representar un peligro de asfixia.
Si la reimplantación del diente es difícil o si faltan varios dientes, busca atención dental de emergencia.
Se deben tomar en cuenta todos los dientes faltantes y hacer un seguimiento con el dentista de tu niño(a) para asegurarse de que no existe una lesión subyacente.
Fuente: Health Day