Suena contradictorio, pero muchas personas logran perder peso (sobre todo al principio) comiendo más grasas, no menos. Dicho método, llamado dieta cetogénica o Keto, requiere cambiar la fuente principal de calorías a alimentos grasos: entre el 75% y el 90% de lo que comes, y solo el 10-20% de tus calorías provienen de proteínas y solo un 5% de los carbohidratos.
La teoría es que al comer tantas grasas saludables y restringir los carbohidratos, entras en un estado metabólico alterado en el que obligas a tu cuerpo a comenzar a depender de la grasa para obtener energía, quemando tus reservas de grasa en lugar de azúcar como combustible.
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Diversas investigaciones revelan que la dieta cetogénica es una forma eficaz de iniciar la pérdida de peso y mejorar los niveles de azúcar en sangre. No obstante, es difícil de mantener y hasta la fecha no existen estudios a largo plazo que demuestren que es un patrón de alimentación sostenible para mantener el peso.
Fuente: Harvard Medical School