El estrés puede afectar tanto la mente como el cuerpo, y la alimentación juega un papel crucial en cómo manejamos estos desafíos. Algunos nutrientes específicos ayudan a equilibrar el sistema nervioso, promoviendo una sensación de calma y bienestar. A continuación, exploramos los principales.

1. Magnesio: Relajante natural

  • El magnesio regula la respuesta del cuerpo al estrés y promueve la relajación muscular.
  • Fuentes: Espinacas, almendras, semillas de girasol, aguacate y chocolate negro.

2. Omega-3: Protección para el cerebro

  • Los ácidos grasos omega-3 reducen la inflamación y mejoran la comunicación entre las células nerviosas.
  • Fuentes: Pescados grasos (salmón, sardinas), nueces, semillas de lino y chía.

3. Complejo de vitaminas B: Energía y equilibrio emocional

  • Las vitaminas B, como B6, B12 y folato, son esenciales para la producción de neurotransmisores como la serotonina, que regula el estado de ánimo.
  • Fuentes: Huevos, plátanos, legumbres, espinacas y cereales integrales.

4. Triptófano: El precursor de la serotonina

  • Este aminoácido ayuda a producir serotonina, conocida como la «hormona de la felicidad».
  • Fuentes: Pavo, pollo, lácteos, semillas de calabaza y plátanos.

5. Antioxidantes: Defensa contra el estrés oxidativo

  • El estrés prolongado genera radicales libres, que dañan las células. Los antioxidantes combaten estos efectos.
  • Fuentes: Arándanos, cítricos, té verde, espinacas y zanahorias.

6. Hierro: Energía para tu mente y cuerpo

  • Niveles bajos de hierro pueden contribuir a la fatiga y el estrés. Este mineral ayuda a transportar oxígeno al cerebro y músculos.
  • Fuentes: Carne magra, legumbres, espinacas y semillas de calabaza.

7. Vitamina D: El sol en tu plato

  • La vitamina D ayuda a regular el estado de ánimo y fortalecer el sistema nervioso.
  • Fuentes: Pescado graso, yema de huevo, champiñones y productos fortificados.

Conoce más: Vitamina D, ¿por qué es necesaria para cuidar los huesos?

Hábitos clave para una alimentación antiestrés

  • Mantén un horario regular de comidas para estabilizar los niveles de glucosa.
  • Hidrátate adecuadamente; incluso una leve deshidratación puede aumentar el estrés.
  • Evita alimentos ultraprocesados y ricos en azúcares añadidos, ya que pueden exacerbar la ansiedad.

Incorporar estos nutrientes en tu dieta diaria puede ser un apoyo poderoso para manejar el estrés de manera saludable. Recuerda que una buena alimentación no sólo nutre tu cuerpo, también puede ser clave para calmar tu mente.

 

Fuente: Secretaría de Salud