Para alguien con mal aliento persistente, también conocido como halitosis, usar una herramienta para raspar la lengua puede marcar la diferencia. El motivo es el siguiente: muchos de nosotros acumulamos una capa blanca o amarillenta en la lengua formada por restos de comida, bacterias y células cutáneas muertas. Esto sucede cuando unas pequeñas protuberancias en la lengua llamadas papilas (que «agarran» la comida y ayudan a desplazarla hacia la garganta) atrapan dicha acumulación, que genera un mal olor después de que las bacterias se asientan.
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Los raspadores de lengua, que se venden en farmacias y en Internet, son pequeñas herramientas hechas de acero inoxidable, silicón o plástico. Para usarlos, basta con un simple movimiento de rastrillo para eliminar la acumulación de la lengua. También se puede usar una cuchara. Sin embargo, no raspes con demasiada fuerza ya que podrías exagerar y rasgar tu lengua. Si se realiza con regularidad, el raspado de la lengua puede ayudar a que el aliento de una persona se sienta más fresco, pero no es necesario. El cuidado bucal que incluye cepillarse los dientes dos veces al día y usar enjuague bucal con regularidad evitará el mal aliento en la mayoría de la gente.
Fuente: Harvard Medical School