El glaucoma es causado por la acumulación de presión dentro del ojo. Dicho aumento de presión se debe a una acumulación de líquido.
Normalmente, este líquido, llamado humor acuoso, llena el área ubicada justo detrás del iris (la parte del ojo que tiene color). El líquido fluye alrededor del ojo para nutrir la córnea (la capa exterior transparente en la parte delantera) y el cristalino (la parte curva del ojo detrás de la pupila). Después de bañar el ojo, este líquido drena a través de la malla trabecular, el tejido esponjoso en la esquina del ojo donde se unen la córnea y el iris.
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En el glaucoma, dicho sistema de drenaje se rompe, lo que ralentiza o bloquea la salida de líquido. El líquido se acumula en el ojo, como el agua en un lavabo obstruido, y la presión interna aumenta. Esto, a su vez, ejerce presión sobre el nervio óptico. Si la presión continúa sin disminuir, las fibras nerviosas que llevan mensajes ópticos al cerebro mueren y la visión comienza a desvanecerse.
Los siguientes factores aumentan el riesgo de glaucoma:
- Antecedentes familiares de glaucoma
- Edad (60 años o más, o 40 años o más para las personas afroamericanas)
- Presión ocular elevada
- Córnea delgada
- Miopía grave
- Cirugía o lesión ocular
- Hipertensión arterial o enfermedad cardiovascular
- Diabetes
- Uso de medicamentos corticosteroides
Si crees tener alguno de estos factores de riesgo, no dudes en acudir con un oftalmólogo a revisión.
Fuente: Harvard Medical School