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El amaranto es un grupo de más de 60 especies diferentes de granos que se han cultivado durante aproximadamente 8,000 años.

Estos granos alguna vez fueron considerados un alimento básico en las civilizaciones inca, maya y azteca.

El amaranto está clasificado como un pseudocereal, lo que significa que técnicamente no es un grano de cereal como el trigo o la avena, pero comparte un conjunto comparable de nutrientes y se utiliza de manera similar. Su sabor terroso y a nueces funciona bien en una variedad de platos.

Además de ser increíblemente versátil, este grano nutritivo no contiene gluten y es rico en proteínas, fibra, micronutrientes y antioxidantes.

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Amaranto y cómo protege contra la inflamación

La inflamación es una respuesta inmunitaria normal diseñada para proteger al cuerpo contra lesiones e infecciones.

No obstante, la inflamación recurrente puede contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas y se ha asociado con afecciones como cáncer, diabetes y trastornos autoinmunes.

Varios estudios han descubierto que el amaranto podría tener un efecto antiinflamatorio en el cuerpo.

En uno de ellos, se encontró que el amaranto reducía varios marcadores de inflamación.

De manera similar, una investigación en animales demostró que el amaranto ayudó a inhibir la producción de inmunoglobulina E, un tipo de anticuerpo involucrado en la inflamación alérgica.

Sin embargo, se requiere más investigación para medir los posibles efectos antiinflamatorios del amaranto en los humanos.

Lo que sí está comprobado es que el amaranto es una buena fuente de antioxidantes que promueven la salud, especialmente en los llamados ácidos fenólicos y en aquellos que ayudan a proteger al hígado del alcohol.

 

Fuente: Healthline