Cada vez existen más pruebas que sugieren que un estilo de vida saludable se relaciona con una mejor capacidad de pensamiento en etapas posteriores de la vida. Pero pocos estudios han analizado los efectos del estilo de vida saludable en la memoria en particular, y ninguno ha considerado los efectos en la memoria de las personas con un riesgo genético de padecer la enfermedad de Alzheimer.
Ahora, un estudio reciente realizado en China ofrece información clave al respecto. El trabajo involucró a más de 29,000 personas sin demencia (edad promedio de 72 años). Los participantes se sometieron inicialmente a pruebas cognitivas, así como a pruebas genéticas para detectar genes que se sabe aumentan el riesgo de padecer Alzheimer, e informaron sobre su adherencia a seis hábitos de vida saludables (comer una dieta saludable, hacer ejercicio, no fumar, no beber alcohol, ser socialmente activos y participar en actividades que desafíen el cerebro).
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Se les dio seguimiento a los participantes durante 10 años, quienes reportaron periódicamente sus hábitos de vida y se sometieron a pruebas cognitivas. Al final del estudio, las personas que se adhirieron a al menos cuatro hábitos saludables mostraron un deterioro de la memoria significativamente más lento, en comparación con las personas que no practicaban ningún hábito saludable. Esto fue así incluso entre las personas con genes relacionados con el Alzheimer.
Los hábitos asociados con los mayores efectos fueron la dieta, la actividad cognitiva, el ejercicio y el contacto social. Aunque el estudio fue observacional y no demuestra de manera concluyente que un estilo de vida saludable protege a la memoria, sí resalta que llevar un estilo de vida saludable otorga muchos beneficios para la salud, por lo que solo ganarás si mejoras el tuyo.
Fuente: Harvard Medical School