Necesitamos al menos un poco de luz (como la luz de la luna) para poder ver en la oscuridad. También necesitamos la capacidad de aprovechar dicha luz: el ojo recoge y enfoca la luz y envía señales al cerebro, que la traduce en imágenes.

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Los cambios relacionados con la edad pueden afectar dicho proceso. A continuación te mencionamos los más importantes:

  1. Perdemos ciertas células oculares sensibles a la luz (fotorreceptores). Los fotorreceptores más sensibles llamados bastones son esenciales para la visión nocturna. La cantidad de bastones en nuestros ojos disminuye con la edad.
  2. Nuestras pupilas se hacen más pequeñas. Las pupilas (pequeñas aberturas que parecen puntos negros) permiten que la luz entre en los ojos. El tamaño de la pupila (y la cantidad de luz que entra) está controlado por los músculos del iris (la parte colorida del ojo). Tales músculos se debilitan con la edad, lo que hace que las pupilas se achiquen y permitan que entre menos luz en los ojos. Por dicho motivo, se requiere más luz para ver cómodamente
  3. Nuestros ojos reaccionan más lentamente a los cambios de luz. A cualquier edad, los fotorreceptores necesitan tiempo para adaptarse después de mirar los faros de un coche o cuando entramos en una habitación oscura desde una habitación iluminada. En las personas mayores, dicho proceso lleva más tiempo.
  4. Nuestros lentes oculares se nublan. El cristalino del interior de cada ojo sufre cambios microscópicos con el tiempo que, en última instancia, dan lugar a una lente nublada llamada catarata. Incluso los primeros cambios, antes de que se produzca una catarata, hacen que la luz se disperse al entrar en el ojo, lo que reduce la calidad de la visión o provoca deslumbramiento alrededor de lámparas o faros.
  5. Nuestros ojos se secan más. Cuando somos mayores, producimos menos lágrimas, lo que puede irritar la superficie exterior del ojo (la córnea) y dispersar la luz entrante. Los ojos secos se notan especialmente al final del día y pueden provocar deslumbramiento o visión borrosa durante la noche.
  6. Nuestra visión empeora. La calidad de la visión disminuye con la edad, lo que puede dificultar la visión nocturna. Aunque tengas suerte y todavía tengas una visión 20/20 cuando alcances los 70 años de edad, probablemente no será tan nítida como hace 50 años. Los fotorreceptores que te quedan están menos densamente agrupados y son menos capaces de discernir detalles finos.

 

Fuente: Harvard Medical School