Muchas personas creen que beber una copa de alguna bebida alcohólica antes de acostarse les ayudará a dormir profundamente durante toda la noche. Aunque los efectos sedantes del alcohol pueden causar somnolencia, también posee otros efectos que pueden interferir con la calidad del sueño.
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Varias horas después de la copa antes de acostarte, el alcohol aumenta el nivel de epinefrina en tu cuerpo, una hormona del estrés que aumenta la frecuencia cardíaca y, en general, estimula al organismo, lo que puede provocar despertares nocturnos. De hecho, el alcohol puede ser responsable del 10% de los casos de insomnio persistente. El alcohol también relaja los músculos de la garganta, y dicha relajación puede empeorar los problemas respiratorios relacionados con el sueño y contribuir a la apnea del sueño. Además, el alcohol puede incrementar la necesidad de orinar durante la noche, otra forma en la que puede alterar tu sueño.
La cualidad sedante del alcohol puede robarte energía de otra manera. Beber vino, cerveza o licor fuerte durante el día puede hacer que te sientas somnoliento(a) o letárgico(a). Si no dormiste bien la noche anterior, incluso una sola bebida puede causar somnolencia, sobre todo si bebes durante uno de tus momentos habituales de baja energía, por ejemplo, a media tarde o a última hora de la noche.
Fuente: Harvard Medical School