Imagina tener una enfermedad que provoca un dolor generalizado y afecta tu forma de moverte, funcionar y vivir. Los brotes aparecen y desaparecen y varían en intensidad: eso es la fibromialgia. El dolor puede afectar una zona, pero también puede extenderse a otras partes del cuerpo. Lo peor de todo es que todavía se desconoce la causa de la fibromialgia. Los médicos no suelen encontrar ninguna fuente física de los síntomas y los análisis de sangre, las radiografías y otras pruebas suelen dar resultados normales.

Esta enfermedad misteriosa y generalmente incomprendida provoca dolor, molestias y rigidez en los músculos y las articulaciones de todo el cuerpo.

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Además del dolor, la fibromialgia puede desencadenar fatiga extrema, dolores de cabeza, ansiedad, depresión y problemas de concentración y memoria. Cabe destacar que los síntomas suelen ser duraderos. Es una lucha a la que se enfrentan millones de personas en todo el mundo.

Aunque no es una enfermedad mortal, la fibromialgia puede afectar de manera significativa el bienestar emocional y la calidad de vida general de una persona. Asimismo, puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en mujeres que en hombres. También se transmite de padres a hijos. El riesgo de desarrollar fibromialgia es mucho mayor si un familiar de primer grado, como un padre o un hermano, padece la condición.

 

Fuente: Harvard Medical School