Los antioxidantes son compuestos presentes en muchos alimentos que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que se generan de manera natural en el cuerpo y que, en exceso, pueden contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas como las cardiovasculares.
¿Cómo benefician al corazón?
- Reducción del estrés oxidativo. El estrés oxidativo ocurre cuando hay un desequilibrio entre radicales libres y antioxidantes en el cuerpo, dañando las células y los vasos sanguíneos. Los antioxidantes, como la vitamina C, la vitamina E y los polifenoles, neutralizan estos radicales, ayudando a mantener un sistema cardiovascular saludable.
- Prevención de la aterosclerosis. La acumulación de placas en las arterias es un factor clave en enfermedades cardíacas. Los antioxidantes, como los flavonoides presentes en frutas y vegetales, pueden prevenir la oxidación del colesterol LDL (malo), un paso crucial en el desarrollo de la aterosclerosis.
- Mejora de la presión arterial. Algunos antioxidantes, como los polifenoles del cacao y el té verde, ayudan a relajar los vasos sanguíneos mediante la producción de óxido nítrico, lo que puede reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de hipertensión.
- Reducción de la inflamación. La inflamación crónica es un factor de riesgo para las enfermedades del corazón. Antioxidantes como el licopeno, presente en los tomates, tienen propiedades antiinflamatorias que contribuyen a proteger el sistema cardiovascular.
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Fuentes de antioxidantes para un corazón sano
- Frutas y verduras: Bayas, espinacas, zanahorias y cítricos.
- Granos y semillas: Nueces, almendras y semillas de girasol.
- Bebidas: Té verde, café y vino tinto (con moderación).
- Otros alimentos: Chocolate oscuro (mínimo 70% cacao) y aceites vegetales como el de oliva virgen extra.
Los antioxidantes desempeñan un papel crucial en la protección del corazón al combatir el estrés oxidativo, reducir la inflamación y prevenir la formación de placas arteriales. Recuerda que un estilo de vida saludable es clave para mantener un sistema cardiovascular fuerte y resistente.
Fuente: American Heart Association