Cada día que pasa, las nuevas tecnologías nos permiten controlar más y mejor el funcionamiento de nuestro cuerpo. Los relojes inteligentes y los anillos especializados controlan el número de pasos que damos y los pisos que subimos, nuestra frecuencia cardíaca y respiratoria y nuestros niveles de oxígeno en sangre.
Las personas con diabetes necesitan controlar su nivel de azúcar en sangre, generalmente varias veces al día, para asegurarse de que no suba ni baje demasiado. Hace varios años, cuando los médicos requerían medir los niveles de glucosa sanguínea en sus pacientes era necesario realizar una venopunción (utilizando una aguja para extraer una muestra de sangre). Eso no era algo que una persona común y corriente pudiera hacer, así que en su lugar se les pedía a los pacientes que recogieran varias muestras de orina al día y utilizaran un kit para medir el nivel de azúcar en ella. Eso daba una indicación aproximada de cuándo los niveles de azúcar en sangre eran demasiado elevados, pero no ayudaba a determinar cuándo eran demasiado bajos.
Después, las nuevas tecnologías permitieron que las personas se pincharan la punta del dedo, recolectaran una gota de sangre en una tira de prueba especial y usaran una máquina para medir el nivel de azúcar en sangre. Esto era más preciso que la prueba de orina y mucho más factible que múltiples venopunciones cada día, pero a la gente no le gustaba mucho pincharse las puntas de los dedos.
Posteriormente, llegó la tecnología de monitoreo continuo de glucosa. Un pequeño dispositivo se adhiere a la piel y un pequeño sensor en la parte inferior del dispositivo se introduce sin dolor en la piel. El sensor monitorea continuamente el nivel de azúcar y envía dicha información de forma inalámbrica a otro dispositivo (como un teléfono inteligente) donde una persona puede saber fácilmente su nivel de azúcar. En algunos dispositivos, una alarma se activa cuando el azúcar es demasiado alto o demasiado bajo. Los monitores continuos de glucosa pueden ser costosos y no siempre están cubiertos por los seguros médicos.
Por ello, si te preguntas si debes usar un monitor continuo de glucosa, aunque no tengas diabetes, debemos decirte que existen relativamente pocos estudios sobre este tema. Al día de hoy, no se tiene evidencia sólida del valor de estos monitores en las personas que no padecen diabetes.
En conclusión, estos dispositivos no tendrán ningún valor en personas que no tengan factores de riesgo de diabetes. Por otro lado, pueden resultar útiles en quienes sí tienen factores de riesgo de la enfermedad, como las personas con sobrepeso, las personas con prediabetes cuyos niveles de azúcar en sangre son algo altos y las personas con antecedentes familiares de diabetes. Pero esto tendrá que demostrarse científicamente antes de que valga la pena utilizar dichos monitores.
Si tienes más dudas al respecto, consulta a tu médico.
Fuente: Harvard Medical School