La comida chatarra es deliciosa, accesible y fácil de conseguir, pero su consumo frecuente puede afectar la salud de muchas maneras. Suelen ser productos altos en calorías, azúcares, grasas no saludables y sodio, lo que los hace poco recomendables dentro de una alimentación equilibrada.

1. Aumento de peso y obesidad

Los alimentos ultraprocesados suelen ser densos en calorías pero bajos en nutrientes. Su consumo excesivo puede contribuir al sobrepeso y la obesidad, aumentando el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2.

2. Impacto en la salud del corazón

La comida rápida suele contener grasas trans y un alto contenido de sodio, lo que puede elevar el colesterol malo (LDL) y la presión arterial, incrementando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

3. Problemas digestivos y falta de fibra

Muchas comidas ultraprocesadas carecen de fibra, un nutriente esencial para la digestión. Su consumo en exceso puede provocar estreñimiento y afectar la microbiota intestinal, lo que influye en la salud digestiva y el sistema inmunológico.

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4. Relación con la salud mental

El consumo frecuente de comida chatarra se ha asociado con un mayor riesgo de ansiedad y depresión. Las fluctuaciones de azúcar en sangre pueden afectar el estado de ánimo y generar fatiga y falta de concentración.

5. Adicción y malos hábitos alimenticios

Los ingredientes artificiales y el exceso de azúcares pueden generar una sensación de placer momentáneo, lo que fomenta el deseo de seguir consumiéndolos. Esto puede llevar a una alimentación poco equilibrada y a una menor ingesta de frutas, verduras y proteínas de calidad.

Si bien consumir comida chatarra de manera ocasional no representa un problema, su consumo habitual puede tener efectos negativos en la salud a corto y largo plazo. Optar por alimentos frescos y naturales ayuda a mantener el cuerpo en equilibrio y prevenir enfermedades.

 

Fuente: World Health Organization