Algunas personas son más vulnerables a los efectos del cambio climático, lo que aumenta su riesgo de desarrollar problemas de salud.
Tales personas incluyen las siguientes:
- Niños. Los niños son vulnerables por varias razones. Por ejemplo, son más susceptibles al estrés térmico y la deshidratación y son más sensibles cuando se exponen a la contaminación del aire y al humo de los incendios forestales. Sus sistemas inmunológicos no están completamente desarrollados, lo que los expone a un mayor riesgo de infecciones. Usualmente, necesitan de los adultos para mantenerse a salvo durante las emergencias y poder recuperarse después.
- Mujeres embarazadas. Corren un mayor riesgo de estrés térmico durante las olas de calor debido a las demandas fisiológicas del embarazo. Ellas y sus bebés por nacer son particularmente sensibles a la exposición a la contaminación del aire y al humo de los incendios forestales.
- Adultos mayores y personas con afecciones médicas preexistentes. Estas personas más propensas a la deshidratación, el estrés térmico, las infecciones y la exacerbación de enfermedades cardíacas y pulmonares.
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La gente que vive en áreas rurales y remotas, los aborígenes y quienes habitan islas, así como las personas con bajos ingresos y otras poblaciones vulnerables, también corren un mayor riesgo, en parte debido a las desigualdades en los resultados de salud subyacentes y a la accesibilidad limitada a la atención médica y otros servicios. Quienes viven en comunidades rurales o remotas, sobre todo en las costas, también corren el riesgo de sufrir fenómenos extremos como incendios forestales, sequías, tormentas y aumentos del nivel del mar.
Fuente: Better Health Channel