Actualmente, se sabe que el 90% de las personas no vacunadas que están expuestas al virus del sarampión lo contraerán. Y si crees que simplemente mantenerte alejado(a) de las personas enfermas será suficiente, piénsalo dos veces. Las personas con sarampión no solo son infecciosas durante cuatro días antes de que les aparezca el sarpullido, sino que además el virus puede vivir en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada tosa o estornude. Imagínate: si una persona infectada estornuda en un elevador, todos los que lo usen durante las dos horas siguientes podrían estar expuestos.
Conoce más: Sarpullido causado por la vacuna contra el sarampión, lo que debes saber
Los primeros síntomas del sarampión son fiebre elevada, tos, goteo nasal y ojos rojos y llorosos (conjuntivitis), que podrían confundirse con muchos otros virus, sobre todo durante la temporada de resfriados y gripe. Después de dos o tres días, las personas desarrollan manchas en la boca llamadas manchas de Koplik, pero las personas no siempre revisan las bocas de sus familiares. El sarpullido característico se presenta de tres a cinco días después del inicio de los síntomas, en forma de manchas rojas y planas que comienzan en la cara, en la línea del cabello, y se extienden por todo el cuerpo. En ese momento, podrías darte cuenta de que no se trata de un virus común y corriente, y para entonces, la persona habría estado propagando gérmenes durante cuatro días.
Fuente: Harvard Medical School