La tos ferina se puede transmitir fácilmente de una persona enferma a otra.
Si estás en contacto cercano con alguien que tiene la afección, podrías inhalar gotitas de su saliva o mucosidad al toser o estornudar. Tales gotitas también podrían caer sobre tus ojos, nariz o boca. Esto puede provocar que contraigas la infección.
Asimismo, puedes contraer la infección si te tocas los ojos, la nariz o la boca con pequeñas cantidades de saliva o mucosidad con la bacteria.
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Por lo anterior, si conoces a alguien que tiene tos ferina, mantener el distanciamiento físico y limitar el contacto presencial con esa persona puede ayudar a reducir las probabilidades de contraer la infección.
Sumado a ello, posees un riesgo mucho menor de contraer tos ferina si te has vacunado. Sin embargo, la vacuna contra la tos ferina no es tan eficaz como otras vacunas, y todavía es posible contraerla.
Quienes padecen tos ferina también pueden ayudar a detener la propagación cubriéndose la nariz y la boca con un pañuelo desechable, la manga o el codo al toser o estornudar.
Finalmente, la higiene de manos adecuada es muy importante, lo que incluye el lavado de manos con agua y jabón, o el uso de desinfectante para manos a base de alcohol.
Fuente: Healthline